Tributo al árbol y a su permanente transformación - La Crianza

 Este lunes, la pintora María de los Ángeles Correa presentará su última obra “Tributo”, en la galería de arte La Sala. En esta entrevista, nos adelanta su propuesta y nos habla de dos objetos de su creación: La naturaleza, y dentro de ella, el árbol.

Visualmente hablando ¿cuál es la propuesta en esta nueva exposición? ¿Qué cosas han cambiado desde la última vez?

Mi propuesta hoy es un trabajo en base a un estudio que tiene que ver con el tema de los ritos, algo que vengo trabajando hace un tiempo y que recorre las distintas etnias de nuestro país y sus ritos diarios, y es aquí donde aparece el árbol, que ha sido y es un elemento importante en nuestras vidas. Hay una vuelta fuerte al color, fuertes planos cargados de potencia contrarrestan con veladuras, gráfica, las esculturas y elementos reciclados…todo esto terminan formando en lo que es mi obra hoy.

¿Hay algún quiebre en tu trabajo desde el último?

¿Quiebre? Más que quiebre, la pintura va evolucionando y nada existe sin lo anterior, es un camino donde hay un solo lenguaje, que es de uno y se va ,materializando de una manera única. El arte es caos y plenitud, es agonía y éxtasis, es tormenta y quietud, es vivir y morir al mismo tiempo, es libertad… y finalmente es tu obra.

¿Qué significa el concepto “árbol”? ¿Por qué tomarlo como elemento principal en “Tributo”?

El árbol es el camino o símbolo del autoconocimiento y comunión con la naturaleza interior y exterior. Alrededor de ellos encontramos todo tipo de celebraciones y ritos que son considerados sagrados. Hay una línea del tiempo en las personas y dentro de ella innumerables círculos que se van abriendo y cerrando; como el árbol, que muestra su edad con estos círculos, los años de su vida. Las formas del árbol siempre me han producido algo muy especial y fuerte. Y hoy hemos abandonado la naturaleza y los bosques, para sumergirnos en la vorágine de la urbe que nos aleja de nuestras emociones.

¿Esta exposición es, entonces, un “tributo” al árbol?

Sí. Este trabajo es un TRIBUTO al árbol, a lo que representa, al noble y al simple, a su permanente transformación. Mi trabajo parte de un acto y rito consciente, con una forma muy literal y finalmente se transforma en un acto inconsciente, donde me dejo llevar por las emociones y los colores, que representan estados y momentos vividos, en torno a él y la naturaleza.

¿Te  genera algún tipo de  presión la aprobación del público?

Parte del proceso creativo, es al final el exponerlo…ahí comienza una conexión mágica con el público, una mirada íntima con la imagen y la obra, un vínculo y comunión. Aquí se revela la obra y aparece su entera verdad. Cuando todo sale desde un acto honesto y puro, siempre encontrarás alguien que conecte con esto y contigo.

Entre los artistas chilenos contemporáneos ¿a quién admiras? Hoy día en materia de arte están pasando muchas cosas, y casi todas validas con caminos diametralmente opuestos. Chilenos hay muchos y buenos…..Hernán Gana que es un pintor joven, me gusta mucho su trabajo, es muy potente. La Antonia Cruz con una propuesta muy distinta es también excelente.

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