2 Primero calienta agua en el hervidor y cuando esté a punto, pon a calentar una olla chica con un poco de aceite, a fuego medio.
3 Echa el arroz, un poco de sal y dora por 1 minuto, revolviendo siempre.
4 Pon la olla sobre un tostador y echa 1 taza de agua hirviendo.
5 Tapa la olla y deja cocer hasta que el agua haya desaparecido.
6 Revisa la olla frecuentemente, cuando ya no haya agua sobre el arroz, introduce la parte de atrás de una cuchara de palo y ve cuánta agua queda.
7 Otra forma es acercar el oído y si ya no se oye un burbujeo, ya está listo.
8 Apaga el fuego y saca la olla del tostador, y traspasa el arroz a un bowl para que se enfríe.
9
Mientras se cuece el arroz, pela los tomates.
10 Sí, es una pesadilla, pero una buena forma para no sufrir haciéndolo, es ponerlos en un bowl, taparlos con agua hirviendo y dejarlos remojar por 5 minutos.
11 Luego sumérgelos 1 minuto en agua fría y sécalos con un paño.
12 Quizás ya tengan la piel recogida y se puede desprender con los dedos.
13 Si no, haz un corte superficial en forma de cruz y tira la piel desde las puntas.
14 Luego córtalos en cuartos, bota la parte blanda con las semillas y pica en cubitos lo que queda.
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Cuando el arroz esté frío mézclalo con los tomates picados, las semillas, la mayonesa, el aceite de oliva, sal y pimienta fresca.
16
Prepara las tortillas siguiendo las indicaciones que salen en el envase.
17 Cuando vayan a estar listas, pica las hierbas y mézclalas con el arroz en el bowl.
18
Si quieres sorprenderla aún más, amolda el arroz con un pocillo y decora con unas pocas semillas más.